21 jul 2017

Escapadas: Bélmez de la Moraleda

En esta ocasión nos hemos acercado a Bélmez de la Moraleda, conocido por acoger el fenómeno paranormal más llamativo de este país en el siglo XX. La primera noticia que se tiene de la aparición de las caras de Bélmez fue en agosto de 1971, cuando María Gómez Cámara encontró en el suelo de su cocina lo que parecía ser una mancha con forma de rostro humano. Tras intentar limpiarla sin éxito decidieron picar ese fragmente de suelo y volver a rellenarlo. Unos días más tarde, aparece de nuevo para sorpresa de los habitantes de la casa. 

A esta primera cara se le conoce como "La Pava" y estará acompañada por más caras que irán surgiendo y cambiando de forma en el suelo de la cocina y del pasillo. En sus inicios el fenómeno fue investigado por Germán de Argumosa y Hans Bender y más tarde por Iker Jiménez y Pedro Amorós, entre otros, sin poder darle una explicación natural.


Iniciamos nuestro viaje desde Estepa y paramos a desayunar en el Hotel Las Terrazas, en Albolote, donde dimos buena cuenta de tostadas con aceite jamón y tomate y un zumo para cada uno. La cuenta fue de 9.70 €, un poco subido de precio pero todo estaba rico y el local limpio y bien situado para hacer una parada rápida sin desviarte.



Después de coger fuerzas, proseguimos nuestro camino hacia Bélmez, en la provincia de Jaén y situado en el Parque Natural de Sierra Mágina, al que se accede fácilmente desde la A-92. Es un pueblo pequeño y acogedor en el que aparcamos rápidamente para dirigirnos hacia la calle Real nº 5, lugar exacto en el que se encuentra la casa de las caras de Bélmez. Como referencia, está cerca de la Iglesia Parroquial del pueblo. La iglesia fue construida en 1966, es de ladrillo visto y tiene en altorrelieve un Sagrado Corazón de Jesús.


Cuando lleguéis a la iglesia, girad a la izquierda por la pequeña Cuesta de las Caras y luego girad a la derecha. A la subida de la cuesta iréis viendo que se indica la dirección a seguir para ver la auténtica casa de las caras a la derecha, y se pasa por un fuente conocida como Pilar de los Caños.


Al llegar a la puerta vemos que está abierta y sentimos un gran alivio, nuestro viaje no ha sido en vano. En la puerta ponen los teléfonos de contacto para que llames a la llegada. Al punto sale Miguel Pereira, el hijo de María y nos comenta que en cuanto salga una pareja que hay dentro podemos pasar nosotros.

La entrada no se hace esperar y Miguel nos recibe amablemente. Nos va señalando detenidamente todos los rostros que él reconoce, nos cuenta toda la historia de las caras y varias anécdotas.



Realmente de la visita en sí tiene poco que contar, puesto que las imágenes de las caras hablan por sí solas: caras de niños, de mujeres, de hombres, caras que parecen perfiles de vírgenes y un largo etcétera que sigue latente día a día.

Según nos comentó Miguel, suelen ir apareciendo caras nuevas o las existentes se van moviendo poco a poco con el paso del tiempo. De esto tenemos ejemplo en las paredes del pasillo: hay varias comparativas e incluso fotos de caras que ya desaparecieron.



Comentaros que hay otra "casa de las caras" a la que no fuimos porque, por lo que he leído por ahí, no se trata de un suceso auténtico sino que son familiares de María que han intentado perpetuar el fenómeno de las caras en la casa donde nació. También hay un Centro de Interpretación de las Caras situado en un parque cercano, pero íbamos justos de tiempo y solo lo vimos por fuera.


Fue una visita de lo más interesante, ¿fraude o verdad? Sinceramente no me imagino a estos abuelos pintando caras por las noches. Por cierto, la atención amable por parte de Miguel bien merece una pequeña recompensa, no olvidemos que nos abren su casa con la mejor voluntad.

Al salir de Belmez nos dirigimos hacia la conocida "Cueva de las Ventanas", en un pueblecito llamado Píñar, pero haciendo una parada para tomar un refresco en la Venta El Cruce, donde nos acompañaron la bebida con un montadito de jamón y queso con unas aceitunas. Por tan solo 3,20€.



Llegó la hora y fuimos al centro de interpretación de la cueva, donde nos atendieron muy bien mientras llegaba el trenecito que nos llevaría desde el centro hasta la montaña en la que se encuentra la cueva. Un trayecto muy divertido en el que el conductor muestra su maestría con el vehículo a través de las estrechas calles del pueblo..



Durante casi una hora estuvimos dentro de la cueva de las Ventanas, acompañados de una guía que nos contaba la historia del lugar. oPor esta cueba ha pasado el hombre del neolítico, el de la edad de los metales, los íberos, los romanos y los árabes, dejándose estos últimos un pequeño tesoro de monedas.


A lo largo del recorrido, además de ver unas magníficas reproducciones sobre cómo era la vida en la prehistoria, veremos ejemplos de de formaciones calcáreas tales como gours, coladas, estalactitas, estalagmitas, columnas, etc. Y una formación actual, un pequeño auditorio en el que ha actuado Manolo García, entre otros.


El recorrido está muy bien preparado para que el turista no tenga ningún percance, habiéndose respetado la esencia de la cueva al hacer la adaptación. Además, uno de sus grandes puntos a favor es que la cueva carece de barreras arquitectónicas, siendo accesible a personas con discapacidad.



Tras abandonar los 13º de temperatura que tiene la cueva, volvimos al calor del exterior y nos dirigimos hacia Granada para almorzar. Al acabar dimos una vuelta por el centro y emprendimos la vuelta a Estepa

Fue una escapada breve pero muy productiva, así da gusto explorar Andalucía.

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