16 abr 2014

Escapadas: un día por Carmona

Hace un tiempo, un finde cualquiera, salimos de recorrido turístico sin rumbo previamente planteado. Tampoco una aventura de muchísimos kilómetros, más bien algo cerquita.

Empezamos en Santiponce, visitando un lugar que habíamos visto en numerosas ocasiones desde la carretera, el Monasterio de San Isidoro del Campo.

Es un lugar impresionante, una joya histórica muy cerca de Sevilla que la pena es que pocos conocen. Y también la pena es que no puedo poner más fotos que esta de la entrada, ya que dentro están prohibidas, incluso en zonas en las que no afecta a ningún cuadro. Para compensarlo he buscado un vídeo en el que se ve al detalle tanto exterior como interior (Ver AQUÍ).

Luego fuimos a visitar al Cristo de Torrijos, en Valencina de la Concepción (Sevilla). La imagen se encuentra en la Hacienda de Torrijos, una antigua alquería islámica (conocida como “Torija Tabaraid”) cuyo origen podría estar en una villa rustica o quinta romana. Se cuenta, que el 29 de septiembre del año 1600, el capataz de la hacienda descubrió la imagen dando origen a la peregrinación hasta allí cada segundo domingo de octubre.


Desde el exterior de la hacienda, en el mirador situado en la parte alta de la puerta, se puede ver cómo sobre la muralla aparecen las ramas de un olivo que introduce sus raíces en la pared del muro, justo sobre el hueco donde fue hallada la imagen del Cristo atado a la columna. Su fruto sirvió durante siglos para dar luz a las lámparas que ardían junto al Cristo de Torrijos.

A continuación intentamos encontrar el Dolmen de Matarrubilla en la misma localidad (del que conocimos bastantes cosas cuando pasamos por Antequera), aunque tras dar muchas vueltas no conseguimos dar con él y decidimos ir a visitar Carmona.


La ciudad de Carmona se sitúa a poco más de 30 kms de Sevilla. Es una ciudad que en el pasado tuvo un gran valor estratégico ya que desde su posición controlaba las principales vías de comunicación del valle del Guadalquivir y los tres paisajes que constituyen sus fuentes de recursos: Los Alcores, La Vega y Las Terrazas.


Tras unos minutos el camino desde Sevilla finaliza en la Plaza de Blas Infante, lugar en el que se encuentra el Alcázar Puerta de Sevilla y la iglesia de San Pedro, de la que destaca su torre conocida como "La Giraldilla".

En el Alcázar se encuentra el centro de recepción de turísticas, un punto muy bueno porque todo el que venga de Sevilla pasa por fuerza por allí. Nos atendieron y compramos las entradas (2€/ud, reducida a 1€/ud por estudiantes) para visitarlo en su totalidad.

Desde el interior del Alcázar se obtiene una vista impresionante de la ciudad y de sus alrededores. Es un edificio que se usó en la antigüedad como fortaleza y como palacio, edificado en principio por tartesos y cartagineses y posteriormente ampliado por romanos y musulmanes, quienes ensancharon sus defensas antes de que lo tomaran los cristianos para darle su aspecto final.


La parte superior del Alcázar ofrece entradas a varias estancias que en la actualidad se encuentran habilitadas como museo y como salas de exposición, en las que se dan numerosos encuentros culturales. Todo muy actual pero sin perder el aspecto histórico que representa esta construcción.

Desde su planta más alta la vista de la iglesia de San Pedro es mucho mejor, por el espacio que se ve que ocupa es más fácil tomar conciencia de la verdadera dimensión que tiene. Este templo fue construido en el siglo XV sobre una antigua ermita, la de la Virgen de la Antigua, acabando la construcción de la torre en 1.783.
Desde el lado opuesto de lo más alto del Alcázar se aprecia la iglesia de San Bartolomé, construida también en el siglo XV (entre el año 1.400 y 1.499) pero reformada profundamente durante el siglo XVIII con elementos muy barrocos. Posteriormente, parte de estos elementos fueron eliminados en distintas reformas.
Se acercaba la hora del almuerzo y dando un paseo por el casco histórico llegamos hasta la Plaza de San Fernando, situada en la intersección del cardo y el decumano, donde se encontraba el foro romano. Es una plaza que llama la atención por su forma circular  aunque, según he podido leer, no siempre fue esa su morfología.
En el siglo XVI la plaza tenía forma de rectángulo cerrado, pero, a causa de una equivocación en un proyecto de restauración, adquirió la apariencia circular que tiene en la actualidad. Se la conoce como la "plaza de arriba", por situarse en la parte alta de Carmona. Destaca en ella la "Casa Mudéjar" del siglo XVI (fotografía sobre estas líneas).

Encontramos un sitio que nos gustó para almorzar, el Bar Plaza, en el que pedimos un par de menús (10€/ud). Uno de ellos llevaba  de primero alboronías de pisto casero y de segundo rabo de toro. Y el otro de primero revuelto de sagromontes y de segundo pez espada. 

Los menús incluían pan (un buen pan como se ve en la foto), bebida y postre. Pedimos las cositas y estuvimos esperando sobre media hora a que nos llegaran los primeros platos. Se nos hizo eterna la espera pero finalmente llegaron.

Tanto las alboronías como el revuelto estaban riquísimos, y de cantidad estaban bastante bien. Al poco de terminar llegaron los segundos platos, que hay que decir que también estaban bastante buenos.

Empezábamos a estar llenos y nos estaba costando acabar, pero hicimos el esfuerzo y lo conseguimos. Para que quede constancia de lo que comimos, en la siguiente fotografía pueden verse los segundos platos, una cantidad bastante aceptable y con una buena apariencia:


Y por último, por supuesto, los postres, que con paciencia pudimos con ellos. Eso sí, luego nos tuvimos que quedar un ratito sentados al fresco de la plaza.


Cogimos el coche y nos dirigimos hacia la zona en la que se encontraba el Anfiteatro romano. Data del siglo I a.C. y supuestamente en él se desarrollaban espectáculos de fieras y otras manifestaciones artísticas y culturales. Según he podido leer, en 1.885 se llevaron a cabo una serie de excavaciones, las más importantes hasta el momento. Sorprende que hasta 1.973 no fuera propiedad del estado español, fecha en la que los condes de Rodezno lo cedieron.


En la imagen se puede ver cómo está en su mayoría cubierto de tierra y como no se puede acceder al recinto debido a las vallas que lo rodean, los turistas como mucho se pueden conformar con verlo desde donde está tomada la foto. 


Resulta extraño que algo así se deje semitapado, "a la deriva", sin sacarle todo el partido cultural que se le podría sacar a un monumento con una importancia como este. En fin, a saber por qué.

Justo enfrente se sitúa la entrada a la Necrópolis, descubierta a finales del siglo XIX de manera accidental al ir a construir un camino. En un principio sufrió el excavaciones incontroladas por parte de historiadores y coleccionistas, hasta que en 1.881 el historiador Juan Fernández, el arqueólogo inglés Jorge Bonsor y Luis Reyes, compran los terrenos para organizar excavaciones científicas. Posteriormente crearían la Sociedad Arqueológica de Carmona, siendo el Museo de la Necrópolis de Carmona, el primer "museo de sitio" de España, abriéndose en 1887.

El conjunto está fechado entre el siglo I a.C y el siglo II de nuestra era. Por los restos encontrados se entiende que la forma más común en los rituales funerarios era la incineración. A continuación se pueden ver varias fotografías de las tumbas:


Las tumbas por lo general pertenecían a una familia, aunque en algunas se pueden observar divisiones ejecutadas con muros, o incluso lo que podían haber sido puertas para separar salas.


En la Necrópolis de Carmona hay varias tumbas que destacan: la Tumba de Servilia, la Tumba del Elefante y la Tumba Circular. Nombres adquiridos por su forma, por lo que han encontrado en ellas o porque es la familia que allí se encontraba.


Hay varias tumbas menos importantes que por algún motivo en particular, recibieron un nombre que las identificaría para siempre. A continuación varios ejemplos:




Llegamos a la Tumba de Servilia, que aunque parezca nombre de mujer es el nombre de una familia. En esta tumba de grandes dimensiones se encontraron numerosos restos, además de una estatua (la que se puede ver más abajo hecha en el museo) que representa a una mujer de dicha familia. 




Esta tumba se compone de dos partes, el patio y la tumba propiamente dicha. Para saber más sobre esta tumba basta con hacer click AQUÍ.

Por último fuimos al centro de interpretación de la Necrópolis, en el que vimos objetos encontrados en las tumbas, documentación sobre las mismas, e incluso una reproducción del elefante que da nombre a una de las más importantes.


Antes de emprender la vuelta, nos dirigimos hacia el Parador Alcázar del Rey Pedro, también denominado Alcázar de Arriba, Alcázar de la Reina o Alcázar de la Puerta de Marchena, situado sobre la acrópolis primitiva de Carmona.

Su origen es musulmán y fue reconstruido por los cristianos tras la reconquista de la ciudad. Fue reformado por el Rey Pedro I en el siglo XII, y según dice la Wikipedia, "no ha sido bien tratado por la historia. Fue severamente dañado por el Terremoto de Carmona de 1504 y el Terremoto de Lisboa de 1755. En 1871 se construyó en él una Plaza de Toros y en 1976 se construyó en el entorno el Parador Nacional de Turismo Alcázar del Rey Don Pedro.".


Nos adentramos en el Parador de Carmona con la sensación de que los interiores eran mezcla de medieval con árabe, un toque decorativo bastante curioso que hacía agradable el paseo por sus zonas comunes.


Y qué decir de las vistas de la Vega de Carmona desde el Parador, una imagen perfecta para relajarse un rato antes de volver a casa.

Y hasta aquí la escapada a Carmona, un plan improvisado que en buena compañía siempre sale bien ;)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Un post realmente completo y unos funplans de lo más interesantes para escaparse el fin de semana...Hay tanto por descubrir que a veces parece como si no hubiera tiempo para verlo todo;) ¡Un abrazo!

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