5 feb 2015

Finde 017: Tabernas - Cabo de Gata - Nerja

Tras el finde que pasamos en 2013 por Cabo de Gata, que fue toda una experiencia de desconexión de la vida mundana, en el verano 2014 quisimos repetir y planificamos de nuevo un viajecito por la zona. 

A pesar de ser junio y ser la zona de Almería, este viaje planteaba un posible inconveniente: el clima. Aún así, nos aventuramos a ir con una reserva de 3 noches a Cabo de Gata y para el último día que la previsión daba lluvia nos buscamos un plan B en Nerja.

Salimos tempranito y por el camino paramos a desayunar en el Hotel Restaurante Cerrillo San Marcos,  que aunque daba para la autovía pertenecía a la localidad granadina de Diezma

Allí nos dimos un buen desayuno que incluía un colacao con una tostada entera de tomate y aceite, y un zumo de naranja con entera de jamón york, tomate y aceite. Todo por 8,30€

Como se puede ver en la foto, las tostadas eran enormes y además venían muy bien surtidas de contenido. Perfecto el desayuno.

Tras muchos kilómetros llegamos al desierto de Tabernas, al Minihollywood concretamente. Allí habíamos comprado previamente en la web Emociom.com pases para visitar el lugar con zoo y piscina incluidos por 22€ los dos (normalmente cuesta 22€ por persona, nos salió la mitad con el bono).

Aquí vimos varios cosas. La primera minihollywood, la segunda el espectáculo de los cowboys, luego en el saloon el del CanCán, un museo de coches y por último el zoológico.

El minihollywood en sí es una ciudad decorado utilizada en las películas del oeste americano, un buen escenario que gracias a turistas como nosotros se sigue conservando y explotando. El día que nosotros fuimos coincidió con excursiones de colegios, aquello estaba a tope, lo cual contribuyó más tarde a un espectáculo más animado.
En el espectáculo del oeste pudimos ver cómo el bien triunfa sobre el mal. Los típicos malos que son reducidos por el sherif y compañía que los dejan a todos fritos a balazos. Así era el oeste. Es un espectáculo muy currado que te hace vivir las situaciones de las películas, sin duda hay que verlo.
Luego nos fuimos al conocido Saloon, lo que venía siendo el bar de la época en el que todo el mundo se tomaba sus copitas de alcohol que curaba cualquier herida. Allí vimos el espectáculo del CanCán, un poco modernizado para lo que esperábamos pero bien.

A continuación nos dimos una vueltita por el museo de coches antiguos, con modelos de principios del siglo XX entre los que se encuentra un autobús de época.

Y de ahí al zoológico, a ver animalillos. Había de todo, la verdad es que se emplea bastante tiempo en verlos a todos. Aquí una muestra de las especies que hay:



Lo mejor del zoológico fue el espectáculo de los papagayos. Impresionante cómo están enseñados, lo bien que entienden las órdenes que les daban los cuidadores y lo cariñosos que eran con ellos. Además, como es un espectáculo para niños, se pasa en grande!
También vimos la piscina que estaba incluida en el precio aunque no íbamos a bañarnos primero por el fresquillo que hacía y segundo por el cansancio, que aún nos quedaba un tirón de kilómetros hasta el alojamiento.

En total echamos allí la mañana y parte de la tarde. A continuación nos dirigimos hacia Los Albaricoques, lugar en el que nos íbamos a alojar en el mismo sitio que el año anterior, el Hostal Rural Alba. Si leéis la entrada del 2013 veréis que es un buen sitio así que... ¿para qué buscar más si allí estamos muy bien?
Esta vez la cama no era doble, nos dieron dos separadas, aunque la habitación como se puede ver estaba muy bien. Dejamos las cosas en ella, nos preparamos y nos fuimos a pasear por Níjar, un lugar que nos encantó en el primer viaje y que además, vio nacer a mi abuelo paterno. 

Allí visitamos, tras una buena caminata cuesta arriba, la Atalaya, desde la que se obtienen unas buenas vistas de todo el pueblo con la costa de fondo.


Esta pequeña torre del siglo XIII es lo único que queda de la fortaleza árabe de Níjar, quedando algunos restos de muralla alrededor.

Bajamos de nuevo al pueblo y, como la otra vez que estuvimos, cenamos en el Bar el Pipa, en el que tienen la oferta de jarra de tinto de verano con 6 tapas por 12€. Además de eso, nos tomamos 2 tapas más y un par de helados todo por 19€. Este bar se sitúa en la plaza de la iglesia, un lugar muy tranquilo y fresquito en las noches de verano.
Dimos un paseíto ligero por las calles de Níjar y volvimos para el hostal, que después de todo el día ya iba tocando un poco de reposo. Además que con lo tranquila que es la zona incita a descansar.

Al día siguiente amanecimos y bajamos a desayunar en el mismo hostal, que estaba incluido en el precio. Nos preparamos para un día playero en un lugar dejado de la mano de Dios y salimos primero a comprar a cosillas a un Mercadona que había de camino.

Fuimos primero hacia Agua Amarga, en busca de su playa urbana. Nos instalamos cerca de la orilla pero hacía vientecillo y no se estaba muy bien del todo. De hecho eramos 4 gatos los que estábamos allí. 

Nos dimos una vuelta explorando una montañilla cercana en la que había algunas cuevas que parecían hechas por la naturaleza pero modificadas a posteriori. Desde estas cuevas se obtenía una vista de toda la playa.


El viento se hizo insoportable así que buscamos por internet un lugar al que ir cuando hiciera viento y para allí nos fuimos aunque antes queríamos ver el Olivo Milenario que tiene esta localidad. Seguimos las indicaciones de internet (ya que allí no hay señalización) y no hubo manera de encontrarlo, preguntamos a la gente de allí y nadie sabía nada tampoco. Probamos una última vez pero nada... Nos quedamos sin ver a uno de los olivos más antiguos del mundo :/

Partimos hacia el siguiente destino, la Cala del plomo, que se situaba a una media hora en coche del lugar según Google Maps. Una gran parte del camino es de tierra (6 km) y la verdad es que hay que tener cuidado con no cascar el coche, hay que ir muuuy lento. Lo bueno es que aparcas justo al lado de la playa. Aquí una panorámica:

Allí seguía soplando el viento pero al ser una cala más resguardada se estaba un pelín mejor. Cuando está el tiempo tranquilo debe de ser una calita muy tranquila y agradable, cuesta llegar, pero merece la pena.

Nos fuimos luego a San José a dar un paseo por el pueblo y cenar más tarde allí. Atraídos por los carteles de la puerta y tras mirar en internet opiniones, elegimos un lugar llamado "Restaurante Casa Miguel".

Cuando nos sentamos y vimos la carta nos encontramos con que ni la comida ni mucho menos los precios eran del estilo de los carteles (buen gancho...) que adornaban la puerta del local. Aún así nos quedamos y pedimos dos bebidas, una ración de raya frita (6€), una tapa de tortillita de camarones (una mísera tortillita de las congeladas) y una tapa de lomo de sardina (media sardina sobre un pan chiquitillo) . La raya estaba bien, mejorable pero bien.

La cuenta fue 11,70€, y nos colaron 2€ de pan que no nos pusieron. Como tampoco nos habían cobrado las tapas, tampoco dijimos nada. En fin, para no repetir. (NOTA: las fotos salen demasiado bien para lo que fue)

Como nos quedaba un poco de hambre, buscamos un sitio para re-cenar. Entramos en un bar llamado "El Duende", y aunque estaba vacío, tuvimos que esperar a que el camarero acabara de trastear con su móvil para ser atendidos. 

Cuando nos atendió, nos dijo que aquello funcionaba que le pedíamos bebidas por 2´5€/ud y nos sacaba una tapa a elegir, pero que solo había de 6 tipos que era lo que había sobrado y ya no iba a preparar más. Pedimos de tapa lomo a la sal y croquetas de espinacas. Nos llegaron a los 15 minutos dos tristes y minúsculas croquetas sobre un plato enorme (literalmente, había más plato que croquetas) y un trocito de lomo con un poco de aceite, sal y unas aceitunas acompañando.

Cosas que te comes de un bocado y un trago del refresco. Para no repetir tampoco. Tenemos mala suerte con las cenas en San José por lo que se ve, el año pasado fuimos a una pizzería y más de lo mismo.

Al día siguiente, tras el desayuno y el aprovisionamiento, nos fuimos a la Playa del Monsul, la de Indiana Jones que estuvimos el pasado año, aunque esta vez seguimos andando por la montaña para descubrir una nueva cala. Aquí en estas fotos se ve la cala en la que estuvimos en 2013:


Hacía también bastante viento como el día anterior así que nos resguardamos como pudimos entre dos rocas. Nos dimos un bañito rápido y tras almorzar decidimos irnos porque se hacía un poco imposible el día. Desde la montañita que separaba la cala en la que estuvimos en 2013 de la que estuvimos en 2014, saqué una foto mirando hacia la que descubrimos más recientemente:

Buscamos por internet opciones cercanas y nos desplazamos hasta La Isleta del Moro, un lugar tranquilo, con una playa semiurbana resguardada del viento y en la que estuvimos hasta que empezó el atardecer. Muy recomendado este sitio.



De aquí nos desplazamos hasta Los Escullos, para conocer su fortaleza, llamada Batería de San Felipe, mandada a construir en 1764 por Carlos III para evitar incursiones enemigas. Esta fortaleza formaba parte de las nueve construidas como defensas en la zona.

Llegamos de noche al hostal, nos dimos una ducha y bajamos a cenar en su restaurante. Ahí sí que se cena bien. Comida casera, preparada con cariño, rica y en cantidad. Todo por 20€.


Como el tiempo iba a empeorar, sobre la marcha buscamos y reservamos para el día siguiente una noche en el Hostal Plaza Cantarero en Nerja. Nos pareció extraño lo poco que costaba para lo bien situado que estaba, solamente 35€, y además tenía una puntuación de 9 en Booking, nota que pocos tienen. De hecho es el alojamiento mejor valorado de Nerja.

En cuanto llegamos vimos el por qué. Es un negocio familiar en el que cuidan al máximo los detalles. El trato es estupendo, la limpieza perfecta, la habitación ideal, sin lujos ni pretensiones pero con todas las necesidades cubiertas y un detalle de bienvenida.


Además en la azotea hay una "zona chill out", con nevera y microondas comunitario, en plan para tomarse una copa por la noche tranquilo al fresquito si no hay ganas de salir. La única pega es que la habitación que cogimos daba a una calle transitada y por la mañana desde temprano se notaba el movimiento. Aún así, muy recomendado el sitio.

Desde el Cabo de Gata hasta Nerja había un buen tramo y cuando nos instalamos ya casi era la hora de comer. Fuimos a almorzar a un bar que nos recomendaron en el hostal, se llama "El Pulguilla" y fue todo un descubrimiento. 

Nos pedimos para empezar una fritura variada (10€), y fuimos ampliando con media de chanquetes (5€) y 4 tapas (sardinas, dos de almejas, y una de conchillas) que venían con las cuatro cervezas que nos tomamos. El precio estuvo en poco más de 20€.


Estaba todo buenísimo, la atención perfecta, el local perfecto. Un 10 para El Pulguilla, muy recomendable.

Para rematar la faena nos dimos un paseo y nos tomamos un par de helados en Albi Nerja, por 3´50€ los dos. Muy ricos que estaban.

Mientras nos los comíamos nos dimos una vuelta por el conocido Balcón de Europa, un mirador con vistas al mar en el que los guiris como nosotros se echan fotos y descansan un rato antes de bajar a la playa.


A continuación nos fuimos a la playa a reposar la comida, a una pequeña calita a la izquierda del Balcón de Europa. Aunque había mucho movimiento de gente se estaba tela de bien allí.

Tras la playa nos dimos una vuelta por el pueblo en busca del Barco de Chanquete (no nos moverán!) de la serie Verano Azul y nos sacamos por allí las fotos de rigor. Todos los de mi generación deberían visitar este barco al menos una vez en la vida. Da la sensación al verlo de quitarse un peso de encima. Aquí pongo una foto del famoso barco:

Para cenar fuimos a un lugar también recomendado por el hostal, se llama "La Taberna". Allí nos pedimos para beber un mosto y una cerveza y para comer media de filetitos de cerdo y media de berenjenas con miel de caña. Todo por 13'25€. Es un sitio que está bien de precio, la atención está bien y la comida está buena. Recomendado.

Dimos una vueltecita más por las calles de Nerja, nos tomamos una copilla y vimos lo ambientado que estaba todo a todas horas. Es impresionante cómo en el mes de junio podía estar tan lleno de gente. Miedo debe dar en agosto.

Al día siguiente desayunamos en el bar Los Pingos, un buen desayuno compuesto por un mollete con paté acompañado de un colacao, y por otro lado un mollete de jamón york y queso acompañado por un zumo. Nos salió todo por 6,90€. Muy recomendado. Ah! además tienen WiFi, que me vino muy bien para un tema de trabajo.

Aprovechamos para ir a la playita que estaba junto al Balcón de Europa y luego nos fuimos a almorzar de nuevo a El Pulguilla, que nos gustó bastante. Ese día pedimos media de rosada a la plancha (5€), gambas rebozadas (5€) y papas bravas (5€), acompañado por una tapa de sardinas y otra de almejas. No apuntamos los precios pero la cosa quedaría también sobre los 20€. Perfecto para lo que comimos y lo bueno que estaba todo. Al acabar nos dimos cuenta que ni sacamos fotos de las ganas con que lo cogimos jejeje

Tras el homenaje, nos dimos una vuelta más por las calles de Nerja y emprendimos el viaje de vuelta pensando en todo lo visto y conocido tras 5 días y 4 noches. La verdad es que necesitábamos esa desconexión total que tuvimos durante este viaje. ¡Qué ganas de repetir!

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